Proteína, ¿vegetal o animal?
Las proteínas son imprescindibles en nuestra alimentación. Constituyen los cimientos encargados de construir las células de nuestro cuerpo. Nos dan estructura y volumen, y realizan innumerables funciones en nuestro organismo.
Nuestra dieta diaria debe contener proteínas, ya que a diferencia de los azucares o las grasas, no tenemos reservas de esta, y nuestro organismo no las puede fabricar por sí mismo.
Un déficit de proteínas en nuestra alimentación, hará que nuestro cuerpo consuma sus propias proteínas, perdiendo así masa muscular, y generando una serie de residuos en nuestro interior que nos puede conducir a graves enfermedades.
En la naturaleza encontraremos proteína de origen animal y proteína de origen vegetal.
La proteína de origen animal, aunque es muy completa y nos aporta todo lo que a nivel proteico nuestro cuerpo requiere, generalmente contiene un alto porcentaje de grasas saturadas, difíciles de eliminar por nuestro organismo, así como toxinas que generamos en su digestión.
No obstante es la fuente más rica de vitamina B12 que tenemos. Esta vitamina es fundamental para nuestro organismo, por lo que el consumo moderado de huevos, o pescado a lo largo de la semana nos lo puede proporcionar.
Por otro lado tenemos las proteínas que el reino vegetal nos ofrece, y que muchas veces caen en el olvido. Esta sin duda debería de ser la proteína principal, formando parte de nuestra dieta a diario, y sobre todo por la noche, donde su fácil digestión y su bajo índice calórico, serán fundamentales para mantener nuestra calidad de vida.
Legumbres como los garbanzos, lentejas, alubias, azukis, la soja y sus derivados como el tofu (queso de la soja) o el tempeh, el sabroso seitan (gluten de cereales), y por supuesto las semillas y frutos secos que formaran un excelente suplemento proteico para nuestra dieta. Libres de grasas saturadas, y ricas en ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y fibras, constituyen una fuente de proteína con efectos protectores de nuestra salud, previniendo enfermedades como la obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión, enfermedades cardiacas, y un buen aliado en la prevención del cáncer.
No obstante por sí sola, esta proteína vegetal sería insuficiente para cubrir las necesidades que nuestro cuerpo requiere. Por eso se recomienda combinarlo con cereales, como el arroz, el trigo, la avena, la cebada, el mijo, la quínoa, o derivados de ellos como la pasta, el udón, fideos de arroz, etc.
Por ejemplo un plato arroz con lentejas, o un plato de quinoa con tofu nos aportará toda esa proteína que necesitamos.
De esa forma conseguiremos una proteína de alto valor biológico libre de grasas y con muchas propiedades beneficiosas.
David Gasol Mestres
19 de septiembre de 2010

DAVID GASOL
NUTRICIÓN NATURAL Y ENERGÉTICA