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Los lácteos

El ser humano es el único mamífero que sigue tomando leche después de la lactancia.
No solo eso, sino que además lo hacemos consumiendo la leche de un mamífero de otra especie, con otras características muy distintas a las nuestras.
La leche materna, es dulce, rica en azucares para el correcto desarrollo del sistema nervioso del bebé, y con la cantidad adecuada de proteínas, grasas, minerales y vitaminas que el hombre necesita.
Es lógico pensar que cada animal, produce una leche adecuada para las necesidades de su propia especie. Un ternero cuando nace puede pesar unos 40 Kg. y a las pocas semanas pesara mas de 200 Kg., multiplicando su volumen. Por eso la leche de vaca respecto a la humana, es mas rica en proteínas y grasas.
En general, la leche y sus derivados, quesos y yogures actuaran en nuestro organismo produciendo:
•Alergias.
•Intolerancias.
•Mucosidades y enfermedades del sistema respiratorio (asma, sinusitis, etc.).
•La combinación de frío, leche y azúcar de los helados es causante de frecuentes otitis.
•Por bioacumulación absorberemos todos los antibióticos, medicamentos y hormonas administrados a los animales.
•Alto contenido en grasas saturadas. La mayoría de quesos están constituidos por mas de un 60% de su contenido en grasas.
Sin embargo la industria de los lácteos defiende que estos son fuente de calcio, y probióticos para nuestra flora intestinal.
La absorción del calcio en el organismo, depende del equilibrio de este con otros minerales como el magnesio y la vitamina D. La leche de vaca es baja en magnesio y alta en fósforo, que dificulta la absorción del calcio.
Y respecto a los probióticos, cierto es que se encuentran en algunos lácteos fermentados, como los yogures. Sin embargo, en la naturaleza tenemos fuentes de probióticos libres de grasas y azucares. Son los fermentos de origen vegetal, como los pickles, la chucrut, el miso, el tempeh, la salsa de soja, etc.
Por lo que respecta al calcio, la mejor fuente de minerales que la naturaleza puede ofrecernos, de forma natural, equilibrada, asimilable para nuestro organismo, y libre de grasas y de toxinas, son:
•Las algas marinas (Nori, kombu, dulse, wakame, arame, etc.).
•Las semillas, sobretodo las de sésamo, o sus derivados como el tahin o crema de sésamo.
•Frutos secos, como las almendras y las nueces.
•Verdura verde y de hoja frondosa, como el brócoli, las coles.
•Las legumbres, sobretodo los garbanzos.
En el mundo existen poblaciones que por motivos económicos, culturales o religiosos no han consumido lácteos en su vida, y sin embargo crecen sanos y fuertes, no presentan fracturas espontáneas, ni retrasos en la osificación.
Poblaciones donde el índice de enfermedades como la osteoporosis, o la obesidad, son muy inferiores que en nuestro país.

David Gasol

Lunes 22 de noviembre de 2010

DAVID GASOL 

 NUTRICIÓN NATURAL Y ENERGÉTICA

 

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